lunes, 12 de septiembre de 2011

AFRONTAMIENTO FISIOTERÁPICO EN EL PACIENTE HEMIPLÉJICO ADULTO. Parte 3

Paciente Hemipléjico Adulto. Parte 2


     LA MARCHA EN EL ENFERMO HEMIPLEJICO.

            Una vez que los ejercicios de bipedestación se ejecutan de forma aceptable se puede comenzar con el trabajo de marcha que primero se hará entre las barras paralelas apoyando las manos y con ayuda por nuestra parte colocándonos del lado afectado; el enfermo tratará de igualar los pasos y elevará la rodilla afectada en cada paso, cuidando de su posterior bloqueo una vez que el pie toca el suelo.

            El apoyo de las manos en las paralelas se irá disminuyendo progresivamente. Al mismo tiempo que trabajamos sobre la marcha no debemos olvidar la reeducación propia del pie que irá encaminada a impedir la deformación (vicios) y a restablecer el equilibrio muscular. Principalmente, esta reeducación, se hará mediante posturas, movimientos pasivos, trabajo activo y activo-ayudado, evitando principalmente el pie equino y el arrastre de la puntera del zapato en la marcha. Las movilizaciones pasivas deben ser completas permitiéndonos luchar contra retracciones y espasmos en los pies espásticos y conservar la integridad del juego articular en los pies flácidos; en estos el ritmo de movilización puede ser rápido en tanto que en los espásticos será muy lento para evitar desencadenar la contracción muscular involuntaria. En cuanto a las movilizaciones activas se buscará la postura más adecuada para que no se desencadenen hipertonías.

            Algunos ejercicios generales de marcha son:

  • Marcha empujando silla.
  • Marcha con el lado afectado junto a una pared (para evitar la marcha de segador).
  • Marcha evitando obstáculos.
  • Marcha sobre un plano inclinado ascendiendo y descendiendo; en un principio se avanzará el pie enfermo para que el sano se ponga a su nivel pero después se pasará a hacer marchar normal alternante.
  • Subida y bajada de escaleras: El proceso comenzará subiendo primero el pie enfermo para después llevar el pie sano al mismo escalón y lo mismo para bajar, después se subirá y bajará alternando los apoyos de pies, uno en cada escalón. Hay enfermos que aceptan mejor que sea el pie sano el que comience el proceso de subida y bajada de escaleras.
  • El fin del trabajo de marcha es conseguir una autonomía de desplazamiento para el enfermo, pero en ocasiones el hemipléjico queda dependiendo de un bastón para toda la vida.




 ¿Quién es el autor de este artículo?
 
Miriam Sánchez Pacho.
Diplomada en Fisioterapia (Universidad de Jaén).
Nº colegiada en el Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Andalucía (ICPFA): 4173.
Cursando los estudios para el DO, en la Escuela de Osteopatía de Madrid.

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