Nombre: Sara Mª Redondo Miguélez
Podemos definir al cuidador como persona, familiar o no, que proporciona la mayor parte de la asistencia y apoyo diario a quien padece una enfermedad.
Podemos definir al cuidador como persona, familiar o no, que proporciona la mayor parte de la asistencia y apoyo diario a quien padece una enfermedad.
Es la persona que posibilita seguir viviendo en su entorno y de una manera confortable y segura, a otra persona que, por razones de edad o incapacidad, no es totalmente independiente.
El cuidador también sufre las consecuencias de la enfermedad, y a menudo se siente agotado y desesperanzado, al ver que la enfermedad avanza y no puede hacer nada por evitarlo.
Cuando esto sucede, podemos hacer referencia a lo que conocemos como el “SINDROME DEL CUIDADOR” y que lo definimos como el deterioro o agotamiento, producido por la demanda excesiva de recursos físicos y emocionales, que lleva a la realización de una determinada actividad, en este caso el cuidado de una persona enferma.
El perfil del cuidador típico es el siguiente: mujer, mayormente esposas, o hijas del enfermo, cuya edad está comprendida entre 45 a 60 años. Contrae una gran carga física y psíquica responsabilizándose del enfermo, medicación, higiene, alimentación, etc.
Esto conlleva la pérdida paulatina de su independencia porque el enfermo cada vez le absorbe más y como consecuencia de ello, se desatiende a sí mismo, no se toma el tiempo libre necesario para su ocio, abandona sus aficiones, no sale con sus amistades..., todo esto, acaba paralizando su vida durante años.
Como ya se ha comentado, cuando se asume el cuidado de una persona, se piensa que va a ser algo temporal, aunque frecuentemente acaba siendo una situación que dura varios años, con un aumento notable de las demandas del enfermo.
Las mujeres, habitualmente deben atender también las necesidades del resto de su familia. La razón principal para que la mayoría de los cuidadores sean mujeres, es que a través de la educación y de la sociedad, se favorece la opinión de que la mujer esta más preparada que el hombre para el cuidado, ya que tiene más capacidad para renunciar a sus deseos e intereses, es mas voluntariosa y generalmente más sensible a las necesidades de los demás
Sabemos del claro predominio de las mujeres en el ámbito de los cuidados, pero también es cierto que cada vez son más los hombres que realizan esta tarea, bien como cuidadores principales o bien como ayudantes de los cuidadores principales.
Hay que destacar una mayor problemática cuando el cuidador principal es la hija o la nuera, debido al gran impacto emocional que supone darse cuenta de que ya no pueden valerse por sí mismos, cuando hasta hace poco eran totalmente independientes.
Si los cuidados los realiza la pareja del matrimonio, hermanos o hermanas, es más fácil asumirlo, porque ayudar al cónyuge o a los hermanos, se ve como una obligación, como un agradecimiento por los años que han convivido.
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¿Quién es el autor de este artículo?
Sara Mª Redondo Miguélez
Licenciada en Psicología Nº 2663
Máster en Gerontología Social Aplicada
Máster en Dirección de Centros y Servicios para la Dependencia
Email:sararedondo3@hotmail.com
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