sábado, 19 de marzo de 2011

EL SINDROME DEL CUIDADOR. Parte 1

           
Nombre: Sara Mª Redondo Miguélez

            Podemos definir al cuidador como  persona, familiar o no, que proporciona la mayor parte  de la asistencia y apoyo diario  a quien padece una enfermedad.
            Es la persona que posibilita seguir viviendo en su entorno y de una manera confortable y segura,  a otra persona que,  por razones  de edad o incapacidad,  no es totalmente independiente.
            El cuidador  también sufre las consecuencias  de la enfermedad, y a menudo  se siente agotado y desesperanzado, al ver que la enfermedad avanza y no puede hacer nada  por evitarlo.
            Cuando esto sucede, podemos hacer referencia  a lo que conocemos  como el “SINDROME DEL CUIDADOR” y que lo definimos  como el deterioro o agotamiento, producido por la demanda excesiva de recursos físicos y emocionales, que lleva a la realización  de una determinada actividad, en este caso  el cuidado de una persona enferma.
            El perfil del cuidador típico  es el siguiente: mujer,  mayormente esposas, o hijas del enfermo, cuya edad está comprendida entre 45 a 60 años. Contrae una gran carga física y psíquica  responsabilizándose del enfermo, medicación, higiene, alimentación, etc.
            Esto conlleva la  pérdida  paulatina de su independencia  porque el enfermo cada  vez le absorbe más y como consecuencia de ello, se desatiende a sí mismo, no se toma el tiempo libre necesario para su ocio, abandona sus aficiones, no sale con sus amistades..., todo  esto, acaba paralizando  su vida durante años.
            Como ya se ha comentado, cuando se asume el cuidado de una persona, se piensa que va a ser algo temporal, aunque frecuentemente acaba  siendo una situación que dura  varios años, con un aumento notable de las demandas del enfermo.
            Las mujeres, habitualmente deben atender también las necesidades del resto  de su familia. La razón principal  para que la mayoría de los cuidadores  sean mujeres, es que a través de la educación  y de la sociedad, se favorece la opinión  de que la mujer esta  más preparada que el hombre  para el cuidado,  ya que tiene más capacidad para renunciar a sus deseos e intereses, es mas voluntariosa y generalmente más sensible a las necesidades de los demás
            Sabemos del claro predominio de las mujeres en el ámbito de los cuidados, pero también es cierto que cada vez son más los hombres que realizan esta tarea, bien como cuidadores principales o bien como ayudantes de los cuidadores principales.
            Hay que destacar una mayor problemática cuando el cuidador principal es  la hija o la nuera, debido al gran impacto emocional  que supone darse cuenta de que  ya no pueden valerse por sí mismos,  cuando hasta hace poco eran totalmente independientes.

            Si los cuidados los realiza la pareja del matrimonio, hermanos o hermanas, es más fácil  asumirlo,  porque ayudar al cónyuge o a los hermanos, se ve como una obligación, como un agradecimiento por los años que han  convivido.

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¿Quién es el autor de este artículo?

Sara Mª Redondo Miguélez

Licenciada  en Psicología   Nº 2663

Máster en Gerontología Social Aplicada

Máster en Dirección de Centros y Servicios para la Dependencia

Email:sararedondo3@hotmail.com

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