EL SINDROME DEL CUIDADOR. Parte 1
Nombre: Sara Mª Redondo Miguélez
Nombre: Sara Mª Redondo Miguélez
Los síntomas más frecuentes que sufren los cuidadores principales son: cefalea tensional, agotamiento, fatigabilidad, insomnio y trastornos gastrointestinales; estos síntomas habitualmente no tienen una causa orgánica explicable, frecuentemente se asocia a quejas físicas y dolores que muy frecuentemente son cuestionados como signos de algo grave.
Dentro de los síntomas psicológicos que conforman este síndrome y en relación a los cuidados al enfermo podemos destacar:
- Síndrome del odio a los cuidados: se caracteriza por una falta de entusiasmo por los cuidados, dificultad para levantarse e iniciar las tareas diarias, depresión, tensión, irritabilidad, frustración, cinismo, negativismo, reducción de las horas de trabajo efectivo y relajación de las obligaciones.
- Síndrome del debo hacerlo todo: excesivo compromiso, dedicación y aumento de las horas de trabajo aunque con menor productividad.
Es necesario prestar atención a los siguientes signos: cambios de comportamiento no habituales, cambios de actitud hacia el enfermo, hacia otros cuidadores, rechazo a iniciar los cuidados, aumento de los mecanismos de defensa, disminución de la autoestima, rigidez de conducta, cambios físicos, emocionales y trastornos en los hábitos de vida.
La aparición del síndrome del cuidador es paulatina, pasando por una serie de fases:
- Primera fase: donde aparece una des(adecuación) entre las demandas excesivas y los recursos que el cuidador posee, los cuales pueden ser profesionales, psicológicos, económicos, etc.
- Segunda fase: Está relacionada con el sobreesfuerzo que el cuidador realiza, lo que provoca ansiedad, fatiga, irritabilidad, estrés, agresividad, tensión hacia los cuidadores auxiliares y tendencia a encerrarse en uno mismo
- Tercera fase: el cuidador sufre un distanciamiento emocional, un aislamiento progresivo y una rigidez afectiva. Es en esta fase donde sufre una serie de alteraciones que podemos agrupar de la siguiente manera
· Psicosomáticas: entre las que se encuentran dolores osteoarticulares, cefaleas, gastritis, insomnio, hipertensión, mareos,…
· Emocionales: cambio en el carácter, irritabilidad, baja autoestima, y deseo de abandono.
· Defensivas: frialdad afectiva, ironía, distanciamiento con el paciente y con el entorno.
· Conductuales: el cuidador adopta riesgos innecesarios como por ejemplo abuso de fármacos, alcohol, tabaco. Dentro de este grupo no podemos olvidar el absentismo laboral.
· Generales: presentan dificultades de concentración, pérdida de memoria, deficiencias a la hora de razonar y constantes dudas respecto a los cuidados que presta al enfermo.
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¿Quién es el autor de este artículo?
Sara Mª Redondo Miguélez
Licenciada en Psicología Nº 2663
Máster en Gerontología Social Aplicada
Máster en Dirección de Centros y Servicios para la Dependencia
Email:sararedondo3@hotmail.com
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