martes, 21 de junio de 2011

MALTRATO A PERSONAS MAYORES. PERFIL DEL AGRESOR. FACTORES DE RIESGO (2)




Nombre: J. Daniel Rueda Estrada

          Planteábamos en la anterior entrega (Perfil del agresor. Parte 1) que resulta difícil poder dibujar un perfil del agresor, ya que cualquier persona puede ser tanto víctima de malos tratos como productor de los mismos. No obstante, entre los muchos estudios que se están realizando, con el fin de identificar los factores de riesgo y poder prevenir o actuar frente a este problema, se señalan una serie de factores entre los que citamos los siguientes.

n  Aspectos referidos a la salud: Consumo de fármacos, alcohol y drogas. Antecedentes de enfermedad psiquiátrica o alteraciones de la personalidad. Sufrir algún tipo de enfermedad o trastorno mental. Padecer algún tipo de enfermedad física crónica.

n  Aspectos de personalidad, rasgos psicológicos: Cuidadores con algún problema psiquiátrico: trastorno de personalidad, depresión, neurosis, psicosis;  personas solitarias (hijos únicos, solteros) con nulo o escaso soporte familiar y/o social para descarga de su rol de cuidador; cuidadores con otras obligaciones y responsabilidades (paterno-filiales, conyugales, laborales y domésticas). Estos aspectos constituyen otros tantos factores de riesgo que pueden llegar a producir situaciones de maltrato. Con frecuencia las personas que desarrollan estas conductas agresivas frente al mayor se muestran hostiles, irritables y suspicaces, perdiendo el control de la situación. 

n  Aspectos referidos a conductas y relaciones con el entorno: es frecuente que los agresores vivan situaciones de estrés por causas diversas (pérdida de trabajo, portador de cualquier enfermedad, problemas conyugales). Tiene pobres contactos sociales, lo que origina un  aislamiento social. La dependencia económica de muchos cuidadores respecto de la persona mayor a la que maltratan, es otro factor puesto de manifiesto en muchos estudios.

n  Aspectos referidos a la relación con la víctima: cuando los cuidadores cohabitan en solitario con el enfermo (por razón de soltería, viudedad, divorcio, etc.) el riesgo de que se produzcan situaciones de maltrato se incrementa. El propio cuidado es un factor que puede derivar en situaciones de maltrato cuando no se acepta o se tiene asumido el papel de cuidador ni la responsabilidad que ello conlleva.  Ser el cuidador único o realizar la tarea desde hace mucho tiempo, puede explicar situaciones de agotamiento y sobrecarga, con el consiguiente riesgo de aislamiento social del cuidador, lo que en definitiva, cuando no existen otros apoyos externos, puede convertirse en un factor de riesgo de maltrato.

            Estos factores que hemos señalado pueden explicar el que algunos cuidadores manifiesten sentimientos de frustración, ira, desesperanza, cansancio psicofísico, produciéndose cambios en su conducta, tales como indiferencia hacia la persona mayor, baja autoestima, soledad, ansiedad, hipocondría, dependencia a psicofármacos, trastornos del ritmo sueño-vigilia, consumo etílico elevado. A todas estas conductas contribuyen también los cambios inesperados en el estilo de vida y en las aspiraciones o expectativas sociales, personales y laborales del cuidador. Ante estas situaciones es frecuente que muchos “agresores” se muestran reacios y renuncien a las ayudas médicas y de la comunidad.



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¿Quién es el autor de este artículo?



DATOS PERSONALES:

Nombre: J. Daniel Rueda Estrada.

Dr. en Sociología y Diplomado en Trabajo Social.

Profesor Titular de Universidad.

Facultad de Educación y Trabajo Social. Universidad de Valladolid.

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